¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la Casa del Señor»! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor –según es norma en Israel– para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. Auguren la paz a Jerusalén: «¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!». Por amor a mis hermanos y amigos, diré: «La paz esté contigo». Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. (Salmo 122)
domingo, 3 de mayo de 2015
Oración para los malos momentos
¡Oh! Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, te
pedimos que Permanezcas en nosotros en nuestros peores momentos y cuando Tú decidas el momento de la muerte, te pedimos tu Santa
Cruz de Jesucristo para que sea nuestro Signo y nuestro futuro, cargamos con nuestras
cruces y te seguimos, te pedimos ¡Oh! Santo Creador de todo, que el diablo no
sea nuestro jefe, te pedimos que nos permitas ordenar en tu Santo Nombre: ¡En
Nombre de Jesucristo! vete satanás, aléjate maligno y no nos aconsejes cosas
vanas, porque es malo lo que nos ofreces, bebe tu mismo tu veneno, porque
Jesucristo es nuestro Dios Santo y Nuestro Señor. Y te pedimos ¡Oh! Dios Santo,
que nos Bendigas en tu Gracia, y que disuelvas todo mal en tu bendita gehena de
fuego. Así sea.
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