¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la Casa del Señor»! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén, que fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor –según es norma en Israel– para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. Auguren la paz a Jerusalén: «¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!». Por amor a mis hermanos y amigos, diré: «La paz esté contigo». Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. (Salmo 122)

viernes, 25 de noviembre de 2011

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

- El pecado roba el gozo: 
Salmo 51: 14 “Dame tu salvación que regocija y que un espíritu noble me de fuerzas”

- El pecado destruye la confianza: 
1 Juan 3: 19 – 21 “En esto conoceremos que somos de la verdad y se tranquilizara nuestra conciencia ante El. Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia y que por lo tanto conoce todo. Amadísimos, sin nuestra conciencia no nos condena, tenemos plena confianza en Dios”.

- El pecado acarrea culpa: 
Salmo 51:3 “Ten piedad de mi, oh Dios, en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi culpa”.

- El pecado nos somete al dominio de satanas:
2 Cor. 2: 10 - 11 “A quien ustedes perdonen, también yo le perdono y lo que he perdonado, si realmente tenía algo que perdonar, lo perdone en atención a ustedes en presencia de Cristo. Así no se aprovechara satanas de nosotros, pues conocemos muy bien sus propósitos”.

- El pecado apaga el Espíritu de Dios: 
1 Tesalonicenses 5: 19 “No apaguen el fuego del Espíritu”.

- El pecado produce daños físicos: 
Salmo 38: 4 – 5 “Nada sano quedo en mi por causa de tu ira, nada sano en mis huesos después de mi pecado. Mis culpas llegan más arriba de mi cabeza, pesan sobre mi más que un fardo pesado”. Salmo 31: 11 “Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen”.

- El pecado causa dolor en el alma: 
Salmo 32: 3 – 4 “Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día. Tu mano día y noche pesaba sobre mí, mi corazón se transformo en rastrojo en pleno calor del verano”.
El pecado entristece el corazón de Dios: Efesios 4: 30 “No entristezcan al Espíritu Santo de Dios. Este es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación”.

- El pecado abre la puerta a otros pecados: 
Isaías 30: 1 “Ay de estos hijos rebeldes dice Yahvé, que traman unos proyectos que no son los míos y que se comprometen con pactos ajenos a mi espíritu, de modo que acumulan así, pecados y mas pecados”.

- El pecado rompe la comunión con Dios: 
Isaías 59: 1-2 “No, no es que el brazo de Yahvé no alcance a salvar, ni que su oído este demasiado sordo para oír. Si no, que sus maldades de ustedes han cavado un abismo entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que El vuelva su cara para no atenderlos”.

- El pecado produce temor: 
Proverbios 28: 1 “El malhechor huye cuando nadie lo persigue, en cambio el justo, se siente mas seguro que el león”.

- El pecado esclaviza: 
* Juan 8: 34 “Jesús les contesto: En verdad, en verdad les digo, el que vive en el pecado, es esclavo del pecado”. * Rom. 6: 16 “Si se entregan a alguien como esclavos sumisos, ya serán esclavos de aquel a quien obedecen. Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzaran una vida santa”.

Cada vez que te sientas tentado a pecar, piensa en las consecuencias que tendrás. Tienes el valor de enfrentar esas consecuencias?